El 2 y 3 de septiembre nos lanzamos a León, Guanajuato al Candelabrum Metal Fest en su segunda edición para disfrutar de una variedad de bandas de gran calibre, una experiencia inmejorable por varias razones, pues se agradece que el metal o los festivales se descentralicen, generalmente encontrábamos los shows en ciudades grandes como CDMX, Guadalajara o Monterrey, es un gran alivio para los que vivimos en el bajío encontrar una opción más cercana y sobre todo de una atención maravillosa.
El Candelabrum Metal Fest comienza a ser un referente en el mundo del metal en México, ya que se propuesta es muy interesante y a la vez intrépida; trabajar con bandas que han pisado por primera vez el país, bandas que son referentes en el under o regresar a los escenarios mexicanos a bandas que tienen muchos años sin tocar para este público.
Si bien el festival apenas tiene dos ediciones, podemos ver el cambio que ha tenido año con año y los aciertos que siguen teniendo; en primera instancia el trato es muy humano, en este festival puedes acercarte a disfrutar de la manera en como tiene que ser, sin la necesidad de convertirte en un número más o que te dejen “al olvido”, los servicios médicos y sanitarios están disponibles en cada momento y se agradece que un festival sea techado, sobre todo por el clima que se presenta en la región.
El cartel del festival tiene y tuvo una variedad de sonidos muy interesante para el metal, desde lo más clásico que se puede tener con la NWOBHM hasta el calamitoso hardcore; justamente el sonido que ofreció el festival fue asombroso un PA que llenaba los oídos hasta de aquel que pide más volumen, sin embargo el primer día hubo un pequeño tropezón en algunas de las bandas, pero a líneas generales el sonido del festival estuvo increíble y hecho para el disfrute de las bandas y los asistentes.
A comparación del año anterior el festival tuvo una mayor asistencia y se notó, a pesar de que en el área VIP de momentos se veía con una afluencia menor que en el general, pero se puede explicar porque muchos VIP estaban en la zona de sillas y bebidas que ofrece el festival, la cual estaba repleta; en conferencia de prensa Khezia Quintero, productor de festival, nos hablaba que el cupo tuvo un movimiento del más de 50% que el año pasado, lo cual habla de una aceptación mayor por parte de los metaleros en el país.
De la misma manera, pudimos notar la gran logística que carga el festival, tanto en el cumplimiento de los horarios como en las áreas, así como el trato con los asistentes, y sobre todo en una parte que carecen varios shows en México, el tema de las cancelaciones ya que para esta edición encontramos con dos cancelaciones Unanimated los cuales fueron reemplazados con tiempo por Unto Others y Grave quienes cancelaron (de nueva cuenta) de último minuto, un día antes de su presentación esto puso a movilizarse a toda la producción del festival y fue suplida plácidamente con Annapura que bien merecía estar en un escenario como este, se aplaude el rápido actuar por parte del festival ante estos hechos.
Algo que logramos captar en el festival a través de un sondeo fue la mejora que tiene que haber en el ámbito del servicio de bebidas, ya que muchos consideraban que era lento y con pocas opciones, además del área de comida, en el cuál muchos de los asistentes han pedido que existan más opciones y con precios un poco más accesibles.
Hablando en general de las bandas que se presentaron en el festival todas y cada una de ellas se entregaron al público presente, no hubo ninguna que dejara el show por lo bajo pues todas dieron y mantuvieron un nivel grandioso en todo el festival, además del compañerismo y las ganas de convivir que tuvieron muchas de las bandas que se presentaron, ya que podías encontrarte a los miembros de algunas de ellas escuchando a sus compañeros o conviviendo con los asistentes al show.
A instancias generales el Candelabrum Metal Fest es un festival de metaleros para los metaleros, donde no se priva la diversidad de sonidos ni se deja a la decidía los elementos importantes que conlleva hacer un show de esta magnitud, el trato digno a los consumidores y las bandas, es lo que lo hace un festival único y sobre todo y volviendo a las primeras líneas de esta reseña, es un festival que descentraliza los sonidos y se agradece bastante que lo haga, porque así la accesibilidad de los shows o festivales es mucho mayor para las personas que están (estamos) lejos de las grandes urbes.
Agradecemos por parte de Vallis Mortem a Khezia Quintero y Amaranta Torres por las atenciones y facilidades para cubrir el festival.
Aquí les dejamos también el episodio más reciente del Valle de la Muerte con un desglose de las bandas que se presentaron en el festival, además si desean ver las fotografías del festival pueden visitar nuestras redes sociales.